El Agua nutre el Pincel, es otro aspecto de mi vida. Hubo un momento que el Pincel se me escapó y quiso convertirse en Agua, mis manos no querían sólo pintar el gesto (mental) querían ser el gesto, moverse con otra libertad. La salud algo deteriorada por los materiales del estudio, por estancamientos vitales, quería sentir nuevamente los pulmones, sentir los huesos de mi cuerpo y aliviar los de mi mente.
Así fue como me introduje en la Filosofía China (a veces cuando se quiere espacio por medio, pones mucho espacio) allí había algo nuevo para mí de tradición milenaria que me sedujo, hasta el punto que me convertí en adepto del movimiento y sabiduría Taoísta. De este modo el agua comenzó a brotar con más fuerza, cuando las técnicas energéticas llamadas Qigong (Chikung) y los movimientos vivos y fluidos del Taiji (Taichi) se instalaron en mí. Desde hace algunos años ya, trabajo con grupos desarrollando capacidades que hacen crecer todos los ángulos de mi tejido vital.
