ROCÍO I. GREGORY
Recoge la trayectoria por la EXPRESIÓN PLÁSTICA. Como cualquier estudiante de Arte, comencé un reto quasi heroico como es rebuscar en las inquietudes más profundas de la psique y empecé a investigar en ese territorio cuya expresión debe estar cuestionándose y reinventándose a cada paso. Hay un argumento poco fácil de explicar porque la persona involucrada es sujeto de su Tiempo, de su estado, de su deriva personal y simultáneamente tendría que ser innovador, anticiparse, casi un mago, demasiada responsabilidad a veces cuando el Arte Occidental sufre de Tendencias.
Y la investigación me llevó por lo que denominé PERIODOS, que son espacios de tiempo en que necesité analizar un concepto, una-s técnica-s, una estética determinada.
Cuando se emprende un viaje, algo se llena y se vacía en nosotros, preparas los mapas, estudias las rutas, dispones las herramientas, aunque son los lugares los que te van llevando; a veces llegas a valles esplendorosos, otras a grutas insondables, en ocasiones los riscos y precipicios están muy cerca, hay días que divisas cumbres inalcanzables, y pocas veces llegas a orillas tranquilas y soleadas; el Arte es un lugar complejo lo mismo que el mundo, que al quererlo expresar muestra su lado más amable y también el más inhóspito, la línea que lo separa es muy frágil.
Querer definir toda la geografía de una obra en unas cuantas palabras sería arduo y poco fiel a la realidad. Cada fragmento de una obra se ve empapado de una historia diferente. Cada una de ellas expresa ideas, conceptos, emociones, devociones y sinsabores, nada pretende rozar la superficie, nada desea quedarse con lo aparente.
Así pues, mi obra artística está salpicada de objetos, telas, papeles, figuras, paisajes de tierras y de mares, escritos, ritmos que van y vienen, gestos secretos y ventanas abiertas…por ello es mi deseo que el espectador disponga los sentidos, atienda a las sensaciones y…disfrute.